La maternidad real está llena de sorpresas y, en ocasiones, de culpa. Porque la Maternidad sólo la puedes vivir desde el amor o desde el miedo.
Cuando conectas con el amor, disfrutas y creces en tu papel de madre.
Cuando conectas con el miedo, aflora la culpa, la autoexigencia y el sufrimiento.
Aparece cuando sientes que estás fallando: a tu hijo, a los demás… o a una idea de «cómo deberías ser».
No es una emoción que brota del corazón, sino, de una ruptura interna: entre lo que eres y lo que crees que deberías ser.
Cuando lo que haces, o dejas de hacer, no encaja con ese ideal, aparece la culpa.
Es el eco de una exigencia que no te pertenece.
La culpa nace en la mente y te aleja del corazón.
Para salir de la culpa y la autoexigencia, el primer paso no es hacer más…
Es mirar de frente esa idea que te hace sentir culpable.
Y sacarla de ti. Escríbela. Léela como si no fuera tuya.
Pregúntate:
¿De dónde viene? ¿Qué voz tiene? ¿A quién estás intentando complacer?
La culpa te paraliza, te juzga, te empequeñece.
El sentimiento de culpa en la maternidad suele anclarse en una imagen difusa:
una idea de cómo tiene que ser una madre.
Pero… ¿Quién define eso?
Hay tantas formas de maternidad real como mujeres.
Conecta con tu autoridad interna. En tu interior está la respuesta, la verdadera y conectada con el amor, a ti. Escucha esa voz y actúa en coherencia.
No necesitas hacer más. Solo escucharte más.
Volver a ti no exige respuestas perfectas.
Es sólo un momento de silencio y presencia.
Es conectar y escuchar tu intuición.
Ni transformaciones radicales.
La reconexión empieza en lo más sencillo.
Aunque sea en voz baja. O en una libreta.
Ponle nombre: “culpa”, “rabia”, “cansancio”, “tristeza”.
Mira de frente tus emociones y confía en tu poder interno.
No es poco, es sencillo.
Salir de la mente y de la rumiación es clave para vivir de una forma plena tu maternidad. Ten claro cómo quieres vivir tu vida y actúa en consecuencia. No esperes a que «fuera» las cosas sean como tú quieres. Coge las riendas y lidera tu vida.
Recuerda:
«El viaje más largo comienza con un pequeño paso». Proverbio Chino
Una lectura aparentemente «ligera» sobre la maternidad, ideal para este verano.