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Maternidad real: 3 pasos poderosos para soltar la culpa y reconectar contigo

Madre con su hijo en brazos en un momento íntimo de conexión, simbolizando los desafíos y la belleza de la maternidad real y el camino para soltar la culpa.
Written by
Rocío Mesa

La maternidad real está llena de sorpresas y, en ocasiones, de culpa. Porque la Maternidad sólo la puedes vivir desde el amor o desde el miedo.
Cuando conectas con el amor, disfrutas y creces en tu papel de madre.
Cuando conectas con el miedo, aflora la culpa, la autoexigencia y el sufrimiento.

Buscando una maternidad real. ¿Dónde nace la culpa?

Aparece cuando sientes que estás fallando: a tu hijo, a los demás… o a una idea de «cómo deberías ser».
No es una emoción que brota del corazón, sino, de una ruptura interna: entre lo que eres y lo que crees que deberías ser.
Cuando lo que haces, o dejas de hacer, no encaja con ese ideal, aparece la culpa.
Es el eco de una exigencia que no te pertenece.
La culpa nace en la mente y te aleja del corazón.

La culpa no nace del amor.

Te hablaba de su herida aquí.

Cómo gestionar la culpa.

Primer paso:

Para salir de la culpa y la autoexigencia, el primer paso no es hacer más…
Es mirar de frente esa idea que te hace sentir culpable.
Y sacarla de ti. Escríbela. Léela como si no fuera tuya.

Segundo paso:

Pregúntate:
¿De dónde viene? ¿Qué voz tiene? ¿A quién estás intentando complacer?
La culpa te paraliza, te juzga, te empequeñece.
El sentimiento de culpa en la maternidad suele anclarse en una imagen difusa:
una idea de cómo tiene que ser una madre.
Pero… ¿Quién define eso?
Hay tantas formas de maternidad real como mujeres.

Tercer paso:

Conecta con tu autoridad interna. En tu interior está la respuesta, la verdadera y conectada con el amor, a ti. Escucha esa voz y actúa en coherencia.

img srcmaternidad real culpa.jpg altMaternidad real soltar la culpa y reconectar contigo misma rociomesaterapeuta.es

Este verano como oportunidad de reconexión.

No necesitas hacer más. Solo escucharte más.
Volver a ti no exige respuestas perfectas.
Es sólo un momento de silencio y presencia.
Es conectar y escuchar tu intuición.

Si no sabes por dónde empezar… empieza por lo pequeño.

No necesitas tomar grandes decisiones.

Ni transformaciones radicales.
La reconexión empieza en lo más sencillo.

Nombra lo que sientes.

Aunque sea en voz baja. O en una libreta.
Ponle nombre: “culpa”, “rabia”, “cansancio”, “tristeza”.
Mira de frente tus emociones y confía en tu poder interno.
No es poco, es sencillo.

Haz cosas que favorezcan esa conexión.

Salir de la mente y de la rumiación es clave para vivir de una forma plena tu maternidad. Ten claro cómo quieres vivir tu vida y actúa en consecuencia. No esperes a que «fuera» las cosas sean como tú quieres. Coge las riendas y lidera tu vida.

Y si quieres hacerlo acompañada…

Escríbeme.

Recuerda:

«El viaje más largo comienza con un pequeño paso». Proverbio Chino

Una lectura aparentemente «ligera» sobre la maternidad, ideal para este verano.

«El Meteorito» de Amaia Arrazola